Dos obras icónicas que representan mundos estilísticamente contrastados y momentos de gran transformación social y cultural en Rusia. El virtuoso Maxim Vengerov interpreta el Concierto para violín de Chaikovski, una partitura apasionada, llena de luz y de exuberancia melódica, que en manos del violinista ruso promete una experiencia de gran intensidad. En la segunda parte, el veterano director surcoreano Myung-Whun Chung y la Orquesta Filarmónica de Tokio nos adentran en La consagración de la primavera de Stravinsky, una explosión de ritmo, color y tensión orquestal que sacudió el mundo de la música desde su primer acorde. Un concierto que transita del lirismo al primitivismo en una noche de contrastes radicales y reveladores.