Sí, sin duda son magníficos y necesarios. Tanto los intérpretes como los promotores de recitales tenemos que hacer frente a una serie de retos, más allá de los que afectan a cualquier tipo de música clásica. A veces, sigues encontrando reticencias en cuanto la combinación de letra y música. Para algunos, es un formato muy exigente y agobiante de escuchar. De vez en cuando también me dicen que, dado que los textos que canto tienen más de doscientos años, han dejado de ser actuales. Yo lo veo de otra manera: sin duda, los poetas de los siglos XVIII y XIX utilizan otro vocabulario, pero la esencia del poema permanece la misma, ya sea sobre el amor, la pérdida, la muerte o cualquier otro tema universal. La manera de vivir las emociones, así como los sentimientos y las preocupaciones más esenciales que compartimos todos los seres humanos, no ha cambiado a lo largo de los siglos. Estas canciones nos recuerdan el pasado, pero también se adentran en nuestras vidas. De alguna manera, son como un buen amigo, sean cuales sean las circunstancias que nos rodean, y son actuales. Cuando escucho música pop, a menudo me sorprende hasta qué punto se parece su contenido con el de las canciones que interpreto.

¿Cuáles son tus planes de futuro inmediato?

Después de Barcelona, ​​haré más recitales en Zúrich, Hamburgo, Ginebra y Stuttgart, aunque en dos semanas empezaré los ensayos de Così fan tutte de Mozart en Londres. Estoy volviendo paulatinamente a la ópera. Durante los primeros años de mi carrera, hice mucha ópera, pero últimamente no le he podido dedicar mucho tiempo para que me he centrado en los recitales y las obras orquestales. Después, iré a Filadelfia para trabajar con en Yannick Nézet-Séguin y la Philadelphia Orchestra las obras de Bach. También tengo previsto grabar un nuevo CD con cantatas solo barrocas con los Berliner Barock Solisten y en Reinhard Goebel. ¡Me esperan muchas cosas emocionantes!