Final de gira de Te lo digo todo y no te digo ná, el último disco de Rosario Flores, al mando de un grupo que la secunda con una fuerza insólita. Y apoteosis para Rosario en la tierra que vio nacer una de sus grandes influencias, la inmortal rumba catalana que tuvo en su padre, El Pescaílla, a uno de sus grandes factótums. Auténtica emperatriz del flamenco-pop, Rosario ha conseguido un sello único con su música de fusión, para al fin crear un continente propio en el que se mezclan sonidos caribeños de todo tipo, aires funkies y de soul, guiños rockeros y blueseros, baladas preciosistas y, por supuesto, un arte enraizado en el flamenco que, como escribió un crítico sevillano, "no se pué aguantá". Rosario Flores en escena es un torbellino de emociones, algo que bien sabe el público catalán, uno de los más fieles que tiene en el mundo, según ella misma ha reconocido. Y regresa ahora para celebrar el final de una gira apabullante, tras tres años y más de 150 conciertos. Rosario en el Palau, fin de fiesta. Qué noche nos espera.