El Palau de la Música Catalana acoge la Escolanía de Montserrat, la Orquestra del Miracle y Juan de la Rubia

El concierto del próximo 22 de mayo forma parte de las celebraciones del Milenario de Montserrat.
Acompañará la velada una proyección de imágenes con obra del artista Sean Scully, gracias a la colaboración del Palau con la Fundación Catalunya La Pedrera.
Espiritualidad, barroco y arte abstracto serán los tres protagonistas el próximo 22 de mayo (Sala de Conciertos, 20 h) en el Palau de la Música Catalana en un concierto que forma parte de las celebraciones del Milenario de Montserrat. El escenario modernista reunirá por primera vez a dos formaciones con estrechos vínculos con el monasterio: la histórica Escolanía de Montserrat y la joven formación historicista Orquestra del Miracle, surgida de la Fundación Espurnes Barroques, vinculada al Santuario del Miracle (Solsonès), que cuenta, como es bien sabido, con un monasterio benedictino dependiente de la Abadía de Montserrat. Les acompañarán la Capella de Música de Montserrat y, al órgano, Juan de la Rubia, también como director.
Al concierto se sumarán las proyecciones de la obra del artista irlandés Sean Scully, uno de los grandes referentes de la abstracción contemporánea, que dialogarán con la música para ofrecer una experiencia visual e introspectiva al oyente, donde los bloques de color, las líneas y las texturas de Scully se convertirán en transmisores de emociones profundas y contribuirán a crear un universo de ritmo, intensidad musical y visual al mismo tiempo. En esta propuesta colabora la Fundación Catalunya La Pedrera, que actualmente acoge una exposición hasta el 6 de julio, en la sala de exposiciones de La Pedrera, dedicada a obras del artista.
El programa del concierto ofrecerá al público tres obras del Barroco tardío de tres de sus grandes exponentes europeos, provenientes a la vez de tres contextos geográficos distintos: la Inglaterra de Händel, la Venecia de Vivaldi y la Turingia de Bach.
Abrirá la velada O praise the Lord with one consent, HWV 254 de Georg Friedrich Händel, basada en textos de los salmos 117, 135, 148 (NVP). La obra forma parte de la colección Chandos Anthems, un compendio de himnos para los servicios religiosos anglicanos que Händel compuso para la capilla musical del primer duque de Chandos, James Brydges. Como todos los himnos de esta colección, se caracteriza por el lenguaje luminoso y expresivo de Händel, que logra una sabia síntesis de elementos italianos y germánicos.
Le seguirá el Concierto para violín, órgano y orquesta en Re menor, RV 541 de Antonio Vivaldi, uno de los numerosos conciertos que el compositor creó para centros como el Ospedale della Pietà, un orfanato femenino veneciano que destacaba por su alto nivel musical. “Entre estos conciertos, hay una gran variedad, como este inusual doble Concierto para violín y órgano, RV 541, con características evidentes de ser una música que, como ha señalado Robbins Landon, es la materialización musical del amplio juego de luces que tiene la ciudad como consecuencia del reflejo de la luz del sol en los canales y las fachadas de los edificios”, destaca el musicólogo Oriol Pérez Treviño en el comentario del programa de mano del concierto.
La velada concluirá con Christ lag in Todesbanden, BWV 4 de Johann Sebastian Bach. Los estudios apuntan que la obra, presumiblemente de un jovencísimo Bach, fue compuesta durante su estancia como organista de la iglesia de Divi Blasii de Mühlhausen (Turingia), tal como se puede leer en el programa de mano.
Este concierto forma parte de la colaboración del Palau de la Música Catalana con la Fundación Catalunya La Pedrera. Durante los últimos dos años ambas instituciones han trabajado para poner en común su actividad en un contexto interdisciplinar en relación con las exposiciones que ha albergado La Pedrera en este tiempo, dedicadas a Jaume Plensa, Antonio López, Miquel Barceló, Arte en Piedra y ahora, Sean Scully. El concierto programado para el próximo 22 de mayo, en el marco de las celebraciones del Milenario de Montserrat, constituye una ocasión idónea para incorporar obra del artista, teniendo en cuenta el cariño especial que Scully siente por el monasterio de Montserrat y que lo llevó a participar en la transformación de la iglesia románica de Santa Cecília de Montserrat, donde actualmente se pueden admirar una veintena de sus obras, entre pinturas, vitrales, frescos y piezas de vidrio.
Asimismo, el 12 de junio del año pasado el Palau ya acogió el concierto de Pascal Comelade en la sala modernista con motivo de la exposición de Miquel Barceló “Todos somos griegos”, que se pudo visitar en La Pedrera. De este modo, las obras de las exposiciones temporales de La Pedrera traspasan las paredes del edificio de Gaudí y encuentran escaparate en el espacio del Palau de la Música Catalana, todo ello potenciado además por la conexión con la música.
Puede descargarse aquí una imagen de la exposición de La Pedrera dedicada a Sean Scully.