MONTERO, Gabriela
El próximo miércoles, 20 de abril, a las 20 h, la pianista venezolana Gabriela Montero regresa a la Sala Modernista para ofrecer un concierto con una primera parte de repertorio eminentemente romántico y una segunda parte en la que dará voz al público para improvisar sobre los temas que éste le proponga. Una velada irrepetible, enmarcada dentro del ciclo Palau Fronteres, que hará las delicias de los amantes del repertorio pianístico y de los seguidores de los virtuosos del instrumento.
Abrirá el concierto la Chacona en re menor de J. S. Bach, en la transcripción para piano de Ferruccio Bussoni. “Objeto de numerosas transcripciones, la que firmó Busoni en 1897 es la más conocida. Busoni, que pretendía divulgar la obra de Bach entre sus contemporáneos, supo aprovechar todas las posibilidades expresivas del piano moderno para crear una página de extraordinaria riqueza y complejidad, que amplía considerablemente la obra original gracias a su riquísima armonización y transforma una cima del repertorio para violín solo en un monumento pianístico”, según explica la periodista Anna María Dávila en el programa de mano del concierto.
Montero ofrecerá a continuación la Balada núm. 3, op. 47, de Chopin, que data de 1841, y que es la más cálida y lírica de un conjunto de cuatro y está dedicada a su alumna Anna de Noailles. También de Chopin interpretará su Polonesa-Fantasía en La bemol mayor, que fue compuesta por el autor en un momento en el que estaba gravemente afectado por la tuberculosis, en un estado de “ansiedad febril” y una “profunda tristeza” , “sentimientos que quedan plenamente reflejados en la variada gama de emociones -euforia, frenesí, melancolía...- que recorre la que fue la última creación importante de su autor”. Cerrará el programa la Kreislerana Op. 16, que Robert Schumann dedicó, precisamente, a Chopin, en 1838. “Escrita en unos pocos días del mes de abril, debe su nombre a un personaje de ficción del poeta E.T.A. Hoffmann, Johannes Kreisler, cuya personalidad turbulenta se llama con el carácter fuertemente contrastado de la partitura, estructurada en ocho piezas individuales. De marcado acento dramático, en ella Schumann quiso verter un retrato de sí mismo y de su futura esposa, Clara”.
Tras este repertorio, la pianista abrirá su arte de improvisación sobre temas pedidos por el público.

La pianista venezolana Gabriela Montero vuelve al Palau de la Música Catalana con un programa romántico y para improvisar sobre temas pedidos por el público