Hoy se ha inaugurado la muestra que Naxo Farreras (Barcelona, 1951), ha creado para el Palau en el marco del diálogo del Palau de la Música Catalana con las artes plásticas. Así, la Sala Lluís Millet será hasta el próximo 4 de diciembre el espacio expositivo para presentar sus esculturas y también el proceso de trabajo escultórico que precede la obra final (acceso libre con la entrada de un concierto o de la visita guiada al Palau). La relación de Naxo Ferreras con el Palau empezó en 2003 cuando esculpió el árbol que decora la fachada de la ampliación del Palau, el cual incorpora los puntos representativos de las diez sefirot del Árbol de la Vida según la cábala hebrea.

La muestra, comisariada por Mercedes Soler-Lluró, está organizada por familias escultóricas que dialogan y se complementan. Algunas de ellas han sido creadas expresamente por esta muestra y por tanto se presentan por primera vez al público. Partiendo de las Catedrales, donde la escultura es el espacio vacío que contiene la forma, se encuentran los Acordes, esculturas de hierro que al ser golpeadas emiten unos sonidos muy particulares que podemos oir. También se presentan sus esculturas inéditas Tubos melódicos, una interpretación de formas musicales inmateriales, representadas por las ondulaciones de los vacíos, y los Arpegios, también inéditos, que nos remiten a sucesiones de ondulaciones vibracionales combinadas en grupos que sugieren conjuntos de sonidos agrupados en entidades propias.

La piedra, los minerales, la madera, el hierro, el cartón y el pvc han sido los materiales sobre los cuales el artista ha desarrollado su investigación creativa. Inicialmente en forma de pequeñas piezas (influencia del trabajo como orfebre) y más adelante como elementos en relación con el entorno natural. Esta es la semilla de su arte, que tiene como trasfondo una reflexión profunda sobre la escala humana en relación con el universo y como, a través de esta escala, entendemos el universo. A partir del 2010 Farreras descubre el sonido y las vibraciones de los materiales de algunas de sus obras y el impacto que esto le produce. Parafraseando el propio Naxo Farreras: “Escucho las esculturas e intento sentir sus sonidos como la razón que los da forma”. Este es el motivo germinal de esta exposición, unas esculturas “sonoras” presentadas en un edificio creado expresamente porque resuene la música.

Su trayectoria: nacido en Barcelona (1951), en un entorno artístico y cultural privilegiado. “Miró y Picasso fueron los primeros referentes artísticos de mi infancia”. Se formó entre París, Milán y Barcelona, donde desarrolló su técnica y el discurso creativo hacia el ámbito de la escultura. Antes de iniciar la carrera artística trabajó con los arquitectos Milà y Correa, estudió diseño, en la escuela EINA, trabajó en el taller de orfebrería Corberó y con el pintor Adami en Milán y París. Una trayectoria formativa que culminó el 1976, año en que inicia su producción artística con la exposición “Formas mínimas” en la Galería Cadaqués, de Girona. Desde entonces ha construido un importante catálogo artístico, con exposiciones en Girona, París, Mallorca, Valencia, Madrid y Barcelona, con momentos culminantes como la realización del árbol esculpido en bajorrelieve (sobre ladrillo) que hay a la fachada de la ampliación del Palau de la Música Catalana.

Sus dos ultimas exposiciones en 2021 fueron “Ritmos interiores” en el espacio Can Marius de la Fundación Vila Casas en Palafrugell y en el Centro de Estudios Catalanes de la Sorbonne a Paris.

(fotografia de la muestra ©Antoni Bofill).

“Oir i sentir las esculturas” es el título de la exposición que Naxo Farreras ha diseñado para el Palau de la Música Catalana con esculturas inéditas